Antes del poema intento la libertad de las palabras

"He vivido La Fragua Cero como uno de los actos creativos más complejos y, a su vez, más puros y coherentes con mi idea del arte."GA
Gabriela Amorós Seller es licenciada en Derecho por la Universidad de Alicante y ejerce la abogacía desde el año 1.997.
Interesada en los estudios de filosofía, arte y literatura se centra actualmente en el dibujo artístico, la ilustración y la poesía. Expone su obra artística en su sala de Virtual Gallery. Publica en el blog personal, la emoción indomable, así como es la administradora de la página de arte y literatura, La emoción indómita, en facebook, donde acompaña su poesía a obras célebres de la historia del arte.
Publicada por la poeta y editora española Ana Muela Sopeña en su antología Poesía de mujeres y por María Germaná Matta en su antología Batalla de Papel.
Publicada y editada por la Revista de Arte y Literatura Verbo(des)nudo.
Ha sido entrevistada en la sección literaria de la revista Travelarte así como en el espacio Rick´s Café de Manuel Carmona.
Entrevistada para Globedia internacional Globatium, Prensaldia y Esnoticia.
Entrevistada en la cadena de televisión digital, Periodista Digital.
Entrevistada para la agencia de noticias Europa Press.
Entrevistada en la cadena de radio Letra Pequeña, de la Universidad de Alcalá de Henares.
Ha colaborado con el poeta argentino Alejandro Lanús ilustrando algunos de sus aforismos.
Realiza la ilustración de portada para ensayo del escritor Justo Sotelo, “Los mundos de Haruki Murakami” (2013, Izana Editores).
Igualmente aporta la ilustración de portada al libro de la poeta Diana Álvarez, “La Disyuntiva de los Amantes” (2014, Ediciones Alternativas)
Ilustración de portada del libro “Los cuentos de los viernes” (Bartleby Editores) de Justo Sotelo
Ha participado en el 2º ciclo de “Le Pasquín poético” organizado por el Ayuntamiento de León, recitando poemas propios.
Publicada por la revista FAKE, editada en la provincia de León.
Publicada  en el número 31 de la revista ALORA, LA BIEN CERCADA, editada por la Concejalía de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Álora
Reseñada mediante un artículo en el suplemento cultural El Perseguidor de Tenerife, por el escritor Agustín Díaz Pacheco, por su obra “La Fragua Cero”.

 


Gabriela, un gusto tenerla nuevamente con nosotros en Globedia Internacional.

P.-  Gabriela en nuestra entrevista anterior nos comentaba sobre sus primeros contactos con la escritura y como esas palabras que su subconsciente iba guardando afloraban para manifestarse en su obra. Hoy ya publicada La Fragua Cero, me gustaría que nos comentara un poco sobre esas palabras y lo que nos encontraremos al adentrarnos en el mundo poético de Gabriela Amorós Seller.

R.-  Es un gran honor estar de nuevo con vosotros, Carlos, en Globedia Internacional.

Como decía en mi anterior entrevista, mi relación con el lenguaje siempre ha sido una relación de gozo pero también inefable. Lo que yo solía hacer desde niña era desanclarme de la forma usual de relacionarme con el entorno y vincularme con él de otro modo. Y luego sentía un vértigo amoroso que me impulsaba a contarlo con palabras que no había encontrado para el otro lado y que no me podía traer hasta aquí. Es curioso, me doy cuenta de que retomo esas palabras que creía no traer pero que sí estaba guardando entonces sin saberlo. Y ahora, en algunos poemas, las palabras que guardaba a remolinos han conseguido filtrarse al fin y rezuman como una revolución que me acompañará toda mi vida.

Estas palabras aparecen “a lo largo y ancho” de cada poema, a veces de forma expresa y otras implícitamente. Algunas de ellas podrían ser la palabra ala, sangre, huesos, relámpago, pájaro, infinito, cristal, … Todas ellas son palabras usadas en el lenguaje más prosaico, sí, pero en mi lenguaje absoluto -todos tenemos nuestro lenguaje absoluto- un pájaro o el cristal podrían formar parte de la búsqueda de una dialéctica pura, de finalidad inimaginable. Por ejemplo, un pájaro es un vuelco del infinito, quiero decir, que comienzo contemplando un pájaro y enseguida siento y puedo ver otras conexiones y lo mismo me ocurre con las demás palabras. De modo que estas palabras, lejos de ser un puente, como es propio de las palabras, para explicar la realidad exterior, forman una pasarela hacia la realidad interior.

Con todo ello quiero decir que cuando el lector se adentra en “mi mundo poético” puede llegar a sentir parte de ese lenguaje absoluto, que sé que no es fácil, y una vez esté dentro es posible que el poema le pueda proveer de las mismas o similares imágenes y ritmos que han pasado por mí, también es posible que lo viva de otro modo y eso es también maravilloso. En cualquier caso, el lector que revive el poema es el lector que formará parte de esa finalidad inimaginable a la que me he referido antes.

También puedo acabar diciendo que la enigmática afinidad entre mística y erotismo es algo a lo que no puedo escapar en muchos de mis poemas, me atrapa y yo me dejo llevar por lo que Barthes denomina el “texto paradisíaco”, un lugar donde todos los significantes están en él pero ninguno alcanza su finalidad, donde el autor (o el lector) parece decirles: os amo a todos (palabras, giros, frases, rupturas…)




P.-  Gabriela, coméntenos un poco cómo fue la experiencia de escribir la Fragua Cero y lo que significa para usted.

R.-  La Fragua Cero ha supuesto un horizonte de experiencias. Para ello me gustaría explicar qué es La Fragua Cero o cómo la he concebido. Ello tiene mucho que ver con mi experiencia con el acto creativo y con el lenguaje en sentido amplio (es decir, lenguaje no sólo entendido por el escrito, sino también el que se crea con el dibujo, la escultura, …)

Fragua y Cero hacen alusión a dos aspectos claves del libro, el aspecto espacial y temporal, imprescindibles para este viaje. Al mismo tiempo ambos constituyen la forma y la sustancia del libro. Y en este viaje me voy a situar en una fragua pero la materia prima que me espera no es ningún metal. Esta es la fragua cuya materia al rojo vivo es la palabra, el lenguaje que espera volverse a fundir y levantar de nuevo. Y necesito que sea la Fragua número Cero porque tengo que llevarme al lenguaje a su origen y poner su cuerpo denso y consumido en esta fragua para que sea tocado con el fuego de la poesía. ¿Y por qué la poesía? Porque es la poesía la que libera de su peso al lenguaje, es la poesía la que le arranca su significación cotidiana y la que nunca va a atentar contra la ambigüedad del lenguaje. Necesito que sea la Fragua Cero, por tanto, porque es en ella dónde desarrollo la experiencia poética.

Por todo ello, intentando contestar a tu pregunta, Carlos, he vivido el lenguaje de “la fragua” con una disposición intelectual pero también hay algo incluso físico en su creación: imaginaba una gran masa en movimiento y me he visto a mí misma con las manos hundidas en el lenguaje, en un cuerpo cerrado y oscuro al que poco a poco he ido soplándole el polvo acumulado a lo largo del tiempo para ir abriéndolo y despojándolo de toda su carga y significación cotidiana, y a veces sentía encontrar los núcleos luminosos de las palabras, sus incandescencias. Tropezar con el destello de cada palabra, aquél donde se halla su propia libertad, darle un uso nuevo, en definitiva,   busco el lugar donde “hablar es crear” y tengo que ir a la fragua primigenia del lenguaje, lo que yo llamo “la fragua cero”. Quiero decir que antes del poema intento la libertad de las palabras.

Y por eso La Fragua Cero se divide en tres capítulos que obedecen a todo este intenso movimiento de depuración: Sombras, Destellos y La Luz  (aspectos que, a su vez, se hacen visibles en el contraste de claroscuros de una fragua como tal).

He vivido la fragua cero como uno de los actos creativos más complejos y a su vez más puros y coherentes con mi idea del arte.


P.-  Gabriela, existe una relación muy consciente entre su arte y la poesía, en su trabajo todo pareciera fluir al unísono, sus dibujos y la poesía. Nos gustaría que nos hablara un poco sobre esta relación.


R.-  Entre mis dibujos y mi poesía hay una tensión necesaria, como podría decir Heráclito y su teoría de los contrarios. Mis dibujos constituyen un lenguaje que no desea del hilo poético porque no son herida -como la poesía-, son misterio “a salvo”, atrincherado tras un paisaje y/o tras una composición simbólica hecha de cuerpos aparentemente humanos.

De los dibujos, también puedo decir, de un modo más lúdico, haciendo uso de la Teoría del Mac Guffin de Hitchcock, que decía que el Mac Guffin era cualquier ocasión o disparadero de una historia, un pretexto o finalidad que movía los hilos de la trama de sus películas, digo que haciendo uso de esta ironía, me atrevo a decir que mis dibujos son mis Mac Guffin, esos pretextos que encierran una red de pasiones, intrigas y reflexiones.


 


P.-  La fragua Cero, lleva su marca con uno de sus maravillosos dibujos. ¿Qué significado tiene para usted?

R.-  “La Lágrima de Lo Infinito” habla de Amor y de Filosofía. El amor es una experiencia de total extrañeza, nos lanza hacia la persona amada y estamos fuera de sí. La historia de la filosofía es inseparable de la del amor. Badiou afirma que quien no comience por el Amor jamás sabrá lo que es la filosofía. Su “Elogio del Amor” comienza diciendo: “En efecto, sobre la escena está un tipo bien definido como es el del filósofo enamorado, donde se ve que toda su sabiduría estoica, toda su desconfianza argumentada con respecto a las pasiones, se hacen añicos cuando una mujer radiante entra en el salón, porque por ella habrá sido fulminado para siempre”.

La conjunción del Amor y la Filosofía es algo que me interesa profundizar. Fruto de ello es este dibujo. El proceso creativo de “La Lágrima de lo infinito”, el dibujo de portada de “La Fragua Cero” fue algo laborioso pero también fascinante. Cada uno de los cuerpos es como una grafía humana que gira en círculo de forma infinita. De modo que lo infinito se plantea aquí como una misión y no sólo como una dimensión. Como la función que cumple el vacío según la filosofía oriental pero intentando mostrar una visión personal de lo no-finito. Y en el borde de este mecanismo interminable de cuerpos existe una rotura que lo abre y que está representada por las tres figuras que no siguen la trayectoria de la espiral, apareciendo la figura masculina como una suspensión en éxtasis. Quiere significar un acontecimiento único, la singularidad que se genera en el ciclo infinito de la vida cuando un ser abandona su olvido y se reconoce en otro ser. Entonces se produce ese salirse hacia afuera de sí, lanzada una mujer hacia el ser amado, en este caso representado por un hombre que se recoge el pecho y con su gesto dice: “me muero de serte”. Por otra parte hay reminiscencias en este dibujo del Mito del Andrógino, uno de los discursos de Aristófanes en el Banquete de Platón y una de las argumentaciones más impactantes y hermosas que he leído sobre el “amor único”, un discurso que despierta en nosotros resonancias sobre la idea de que somos seres incompletos y el deseo amoroso es perpetua sed de “completud”.


P.-  Su poemario, ya ha sido presentado en varias ciudades por su editorial, además con mucho éxito. Coméntenos un poco de esta experiencia.

R.-  Sí, “La Fragua Cero” ha viajado a varias ciudades. Empezó en Madrid, que fue muy significativa, al igual que la que hice en mi pequeña ciudad, Santa Pola. También resalto la de Alicante y la de Palma de Mallorca. En Palma estuve con muy buena gente, llevé “la fragua” y creo que también ha quedado allí un poco de mí. Te das cuenta de que presentar un libro es, sencillamente, vivir.

El público como siempre deja una gran satisfacción en los escritores y poetas cuando realizan sus presentaciones. Coméntenos un poco, sobre esta experiencia y en general como ha sido  ese contacto con la gente

El contacto con el público es lo más gratificante que he podido sentir, esa inmediación con los lectores, tanto con aquellos que ya han leído “la fragua” como con los lectores futuros, es algo que todo escritor debiera de valorar y de agradecer. Personalmente es un premio a la soledad –bien entendida- de la escritura, es un modo de acercar el espacio incierto entre el autor y el lector, una posibilidad de presentir la dialéctica que puede llegar a establecerse con un lector futuro, tan deseada, y es la redistribución de lenguaje, cosa maravillosa para alguien que  tiene una voluntad inequívoca de decir mediante la literatura y también el arte en general. Pero lo mejor de todo, la oportunidad de conocer a otras personas que, de la misma forma que yo, desean seguir aprendiendo cada día, y aprendiendo con la razón y con la emoción.

 


P.-  Gabriela sus dibujos han sido portada de varios poemarios, incluyendo CUENTOS DE LOS VIERNES del escritor Justo Sotelo. Sin duda es evidente el impacto de su trabajo.  ¿Qué se siente al ver su trabajo acompañando la obra de otros escritores?

R.-  Sí, tengo varios dibujos en varias portadas. Me gustaría hablar de mi último trabajo, con el dibujo “La Flor de los Mil Nombres”, que acompaña la portada de CUENTOS DE LOS VIERNES (Bartleby Editores) de Justo Sotelo. Una colaboración así es un premio, Carlos, es la razón para que mi dibujo cobre una vida y un sentido más allá de toda contemplación posible, precediendo todo un imaginario y además de gran calidad literaria, conceptual y filosófica, todo un imaginario que cada lector va a revivir y a diversificar en su mente, …convierte a esta ilustración en un prisma y, al mismo tiempo, la hace caer hacia el fondo de la maravillosa sustancia de la obra, en este caso, de la de Justo Sotelo, y una ya no ve el dibujo delante, sino que siente que todo el contenido del libro se levanta mientras asoma un poco de mi dibujo, impregnado quizá de un misterioso fluido creador que no es mío, un fluido que está, al mismo tiempo, moviendo y creando incesantemente al dibujo como si fuera una falange más o una extremidad del libro. Por eso todo este vaivén lo convierte en un dibujo futuro a cada instante. Estas cosas son las que siento, Carlos, cuando veo el dibujo en la portada del libro de Justo. Es evidente que mi colaboración en este libro la he vivido de forma especial a otras colaboraciones, los “CUENTOS DE LOS VIERNES” es de lo mejor que he leído últimamente y poder aportar con el dibujo a esta obra ha sido algo muy grande para mí.


P.-  Gabriela nos gustaría que nos comentara si hay planes para escribir otro poemario o tal vez un libro.


R.-  Mis planes, como siempre digo, son mejorar como escritora y como artista pero, fundamentalmente, como ser humano, nada más y nada menos. Sin esto último estoy segura de que no podría avanzar en lo primero.


P.-  Gabriela, sin duda que las redes sociales permiten una gran proyección para el trabajo de los creadores. Su aporte a través de la red social Facebook ha sido bastante significativo. Coméntenos un poco sobre esta experiencia.


R.-  Mi experiencia ha sido inestimable, soy una afortunada, conozco a grandes personas que me aportan cada día, admiro su talento y agradezco siempre esta maravillosa forma de abrirnos con el común motivo del arte y la poesía, la literatura, la música. A muchos los estimo desde una verdadera amistad. Personalmente me ha permitido aportar a proyectos de otros creadores a los que admiro y también expandir parte de mi obra pictórica y poética. Publicando en la red social con cierta constancia, y haciendo un uso honesto y moderado de ella, creo que se puede lograr que tu obra se vaya abriendo al mundo con la responsabilidad que ello supone pero también con la humilde felicidad de contar con el contacto directo e inmediato de lectores que, incluso de forma generosísima, han traducido algunos de mis poemas a sus idiomas de origen para poder siquiera tener un trasunto aproximado a su literalidad. Ello es valioso, es honesto, es libre, un lector que desea y tiene voluntad en saber de qué trata un poema de alguien desconocido. Así ha ocurridoalguna vez en la página de arte en la que publico poemas en facebook, La emoción indómita, y ahora también ocurre con cierta regularidad, gracias a una fabulosa traductora llamada Anita, que ha traducido algunos de mis poemas al hebreo.

Por otro lado, tal inmediatez y constante flujo de lectores que se hallan en distintos puntos del planeta, con raíces socio-culturales diversas, entre otros muchos condicionantes, y que rebasan cualquier fórmula de aprehensión del lenguaje, enriquece o debiera enriquecer de forma considerable a cualquier escritor o artista, y ello ocurre a través y gracias a las redes sociales.


P.-  Algunos de sus poemas han sido traducidos a idiomas como el hebreo. Me gustaría que nos hablara un poco sobre lo que significa para usted, y quien realiza estas traducciones.

R.-  Como he adelantado anteriormente, en mi/vuestra página de arte, La emoción indómita, se han traducido poemas de forma ocasional a varios idiomas como el inglés, el francés, el italiano, el portugués, ruso… Pero gracias a la red social he podido conocer a:  ‎אנת חדקל‎, Anita, que ya ha traducido varios de mis poemas al hebreo. Esto es extraordinario, Carlos, para mi, pero sobre todo para un poema es devolverlo a la vida, reintegrarlo y convertir finalmente el poema en una partitura.

Todo mi agradecimiento desde aquí a Anita, con gran admiración por el trabajo tan delicado y tan difícil como es la traducción de poesía. Para traducir poesía no basta con la técnica, se necesita una sensibilidad diría que cristalina para poder expandir el poema de un idioma a otro.

P.-  Gabriela, para finalizar me gustaría que enviara un mensaje a todos sus seguidores y a quienes ya tienen en sus manos un ejemplar de la Fragua Cero.

R.-  A todos les doy las gracias con verdadero cariño y a aquellos que ya tienen en sus manos un ejemplar de La Fragua Cero les diría que un árbol es a cada instante una cosa nueva.



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