El escritor Justo Sotelo frente al espejo

Lo que realmente puede cambiar al mundo es el amor, en su sentido más antropológico, el de dos individuos y también el de todos los individuos, una especie de amor universal que lo llena todo. JS
Novelista y catedrático de Política Económica, Justo Sotelo es profesor en los prestigiosos ICADE (Universidad Pontificia de Comillas) y CUNEF (Universidad Complutense de Madrid). Licenciado y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, y máster en Estudios Literarios y en Literatura Española. Ha escrito varios libros de economía, y decenas de artículos, así como cinco novelas (La muerte lenta”, 1995, “Vivir es ver pasar”, 1997, “La paz de febrero”, 2006, “Entrevías mon amour”, 2009 y “Las mentiras inexactas”, 2012), sendos ensayos sobre los escritores Manuel Rico, 2012, y Haruki Murakami, 2013, y un libro de microrrelatos, los "Cuentos de los viernes", 2015. En la actualidad se encuentra escribiendo otro libro de microrrelatos.



 Justo, bienvenido a Carivano entrevistas en la red 
P.-  Justo, usted es Catedrático de Política Económica. Además de economista, es licenciado y doctor en Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, máster en Estudios Literarios y en Literatura Española. Nos gustaría que nos comentara cómo nace su interés por la literatura.
R.-  Aunque suene a tópico, me recuerdo a mí mismo escribiendo durtante toda mi vida. Hasta los diez años, más o menos, eran los relatos orales de mis padres los que llenaban mi imaginación, y a partir de esa edad comencé a escribir pequeñas historias y mucha poesía. Fueron años de un estudio continuo sobre todas las materias, lo que se materializó en la obtención del Premio Nacional de Bachillerato.
No puedo dejar de mencionar el apoyo que recibí durante la adolescencia de mi profesor de Literatura, el padre Plaza, que convertí en personaje en mi novela “Vivir es ver pasar” (1997), y que, además de animarme a escribir, cogió la costumbre de examinarme de forma poco convencional (al menos como al resto de mis compañeros), pues simplemente me pedía en los exámenes que le escribiera un cuento. Sin duda, este comportamiento me marcó para siempre.
P.-  Justo, ¿qué le inspira a usted para sus creaciones literarias?
R.-  La vida, por decirlo con dos palabras. Esa es mi única inspiración, tratar de vivir con pasión todas las cosas que me aparecen por el camino y las que yo mismo busco, por supuesto. La pasión es la palabra mágica para lograr que la vida tenga sentido, o, dicho de otra forma, para que merezca la pena de ser vivida. El hecho de escribir (como podría haber pintado, o compuesto música, o cosas similares) no es más que una plasmación sobre un papel o un ordenador de esa pasión por la vida. Cuento cosas porque es lo que aprendí a hacer, con el apoyo de las infinitas lecturas y de las personas que me han querido y me quieren, y que me animan a seguir (como es el caso de Gabriela Amorós Seller, la magnífica poeta y dibujante que no deja de animarme para que escriba mi próxima novela. Sin su presencia en mi vida tampoco hubiera existido mi último libro, “Cuentos de los viernes”). La fantasía consciente y la imaginación inconsciente son las colaboradoras inestimables de esa pasión vital.
P.-  ¿Cómo definiría su trabajo?
R.-  Mi trabajo como escritor se desarrolla en paralelo a mi propia vida, como acabo de decir. Lo que más me interesa en este mundo es vivir en el pleno sentido de la palabra, ser feliz e intentar hacer felices a los que me rodean. En ese flujo y reflujo vital se enmarca el proceso de escritura. Escribo cuando me apetece y sobre todo cuando me siento feliz. Es una forma de conocimiento, sin duda. En absoluto escribo como catarsis ni para eliminar los fantasmas de mi vida. Desde muy niño comprendí que los fantasmas no existen, y solo hay pequeñas telarañas que llevamos en el alma quizá por el simple hecho de nacer y convertirnos en seres humanos. La expresión escrita tiene una fuerza enorme. Al final el libro nos acompaña a cualquier parte, de forma material y también espiritual. Y no me importa especialmente cuál sea el soporte. Como digo siempre, mientras un niño pida que le cuenten un cuento, la literatura no desaparecerá.


P.-  Justo, usted es autor, entre otros libros, de 'Los Mundos de Haruki Murakami'. ¿De qué manera están vinculados los análisis económicos con la literatura y, siendo sin duda alguna Murakami uno de los autores japoneses más universales, qué le lleva a escribir un ensayo sobre este autor en especial?
R.-  No creo que exista una vinculación especial entre la literatura y la economía, salvo que defendamos –como es mi caso- la interrelación de todas las disciplinas, siguiendo la línea intelectual que inauguraron los estudios clásicos del Trivium y el Quadrivium. Considero que la economía tiene mucho de matemáticas, por lo que podría formar parte del segundo grupo de artes liberales. A su vez las matemáticas se relacionan estrechamente con la música, otra de mis pasiones. Siempre digo que me moriría de pena si no pudiera escuchar cada día algo de Beethoven, de Mahler, de Schubert.
Murakami es un autor atravesado emocionalmente por la música, sobre todo la clásica y el jazz, con tantos títulos de sus novelas vinculados a la música. Su forma de escribir tiene mucho que ver con la improvisación del jazz, pero también con la fortaleza técnica de un autor como Beethoven, por ejemplo.
Son muchas las razones que me llevaron a estudiar a este escritor japonés, la influencia de uno de mis profesores de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada, Ángel García Galiano -que nos hablaba maravillas de este escritor-, el interés previo por la obra de Soseki y Mishima, el propio interés académico de elaborar una tesis de Literatura Comparada que me permitiera analizar los mundos posibles de la literatura a partir de las consideraciones de Leibniz y los filósofos lógicos. El estudio intelectual que interrelaciona la filosofía con la literatura es apasionante, lo que también me llevó a investigar algunas de las novelas de posguerra del escritor Manuel Rico.
P.-  Sin duda vivimos en un mundo muy complejo en el que la gente está más informada gracias al desarrollo de la tecnología, pero al mismo tiempo pareciera que el ser humano se encuentra hoy día  cada vez más solo.
Usted comentaba en una entrevista realizada para Periodista Digital que la literatura crea la realidad y que no es el mundo en el que estamos el que crea libros. Me gustaría preguntarle: ¿qué realidad está creando la literatura en la actualidad y por otra parte qué realidad estamos viviendo?
R.-  Esta es una interesante y sabia pregunta, y le felicito por plantearla. Es evidente que vivimos en la época de la Multiculturalidad, de Internet y del Caos (en el sentido científico, con antecendentes como la Teoría de las Catástrofes y el Efecto Mariposa). Todo está interrelacionado gracias a la red de redes virtual, un hecho que posee luces y sombras. El mundo se ha globalizado y todas las personas tienen el derecho a viajar y buscar las mejores condiciones de vida posibles. Por otro lado, muchas personas cada vez viven más, gracias a las redes de asistencia y los avances de la Medicina. Las posibilidades de que se amplíen los años de soledad son grandes, pero también de que demos más pábulo a la sociedad del ocio. Si por una parte podemos estar conectados con el mundo entero gracias a un ordenador o un teléfono móvil, por otro somos conscientes de la importancia del contacto humano, de subirnos a los tiovivos con nuestros hijos y nuestros padres (si es posible en este último caso, claro, y no se marean. Aunque hablando de mareos, yo me mareo casi siempre en un charco de agua y tropiezo con la gente cuando camino por la calle, pero esa es otra historia).


P.-  ¿Qué libros o autores cree usted están leyendo los jóvenes en la actualidad? Necesariamente no todo lo que se publica y llega a gustar a muchos jóvenes es bueno. ¿Acaso estamos necesitando breves historias, una forma diferente de expresarnos, para impulsar más el interés por la literatura y de alguna manera contrarrestar la rapidez e inmediatez en la que se vive actualmente?
R.-  Como es lógico el estilo de vida está cambiando. Ahora nuestros jóvenes nacen con un móvil como apéndice de la mano, son más visuales que los que tenemos cincuenta años y se comunican de otra forma. La literatura tiene que adaptarse a ese nuevo estilo de vida. Como seres humanos a los que nos gusta leer y escribir, la literatura no corre peligro de rápido fallecimiento, pero sí de que cambien los soportes donde expresarse.
Aun así, los jóvenes que aman la lectura (que también los hay, incluso cuantitativamente más que en generaciones pasadas) también leen a los buenos escritores. Cómo dejar de leer el Tristram Sandy, a Kafka, Joyce, Proust, García Márquez, Murakami, etc. La oferta cultural es grande y también influye mucho el cine, las series de televisión y determinadas manifestaciones artísticias visuales, aunque no sean literatura, por supuesto.
P.-  Murakami en su ensayo “De qué hablo cuando hablo de correr” nos narra cómo esa forma de entrenar para correr lo aplica a la escritura. Ahora bien, ¿de qué forma Murakami influye en su obra y qué de complicado resulta escribir una novela?
R.-  Como ya he comentado, la vida y las personas que quiero y me quieren, junto a las continuas lecturas, el estudio permanente (me moriré siendo estudiante, más que catedrático), el desarrollo de la intuición, de la fantasía consciente y la imaginación inconsciente…, son los ingredientes que forman parte de mi escritura. Escribir una novela es un trabajo lento, de largo aliento, donde se incluyen toda esa multitud de factores. Es un proceso complejo que, como ha señalado Murakami, puede ser muy difícil. Él ha conseguido escribir novelas de enorme complejidad y dificultad, como su obra maestra: “Crónica del pájaro que da cuerda al mundo”. Para él, escribir obras de ese calibre es casi como correr y terminar un Maratón, de ahí ese pequeño libro donde compara la carrera física con la carrera del escritor frente a su novela. Y yo estoy de acuerdo, no me importa reconocerlo.
P.-  Justo, ahora cuando la gente se encuentra más conectada a través de redes como Facebook, entre otras, ¿se sabe interpretar bien todo lo que se lee? Además, ¿qué cree usted que busca la gente cuando lee una historia o un poema?
R.-  Claro que la gente sabe interpretar lo que lee. Estamos en el periodo de la Historia donde menos analfabetismo existe. Son las generaciones mejor preparadas, más cultas y democráticas de la Historia. Otra cosa es que a veces nos aturda tanta información, y no nos deje el tiempo suficiente para razonar. En cuento a esa búsqueda, se busca lo que siempre ha movido a las personas, el conocimiento, el intentar entender este mundo, empezando por uno mismo. El lector hace una lectura extensional de la obra, que ha sido creada de manera intensional por el autor. Es decir, el lector busca su imagen reflejada en las páginas del libro o del poema, mientras que el autor persigue lograr a su lector implícito que interprete esa imagen creada.


P.-  Justo, usted acaba de publicar su primer libro de cuentos “Cuentos de los viernes” nos gustaría que nos hablara un poco acerca de esta publicación y qué significado tiene para usted
R.-  Voy a copiar unos párrafos del Prólogo del libro de cuentos. Habla el autor implícito o el narrador implícito: "Regué el pan con aceite, lo mojé en el café (ya sé que no se debe hacer, pero me gusta observar cómo flotan las gotas) y pensé en la idea de la mentira mientras recordaba un libro de Eco, Entre mentira e ironía. La mentira es algo tan viejo como el ser humano, como el mundo y su incomprensible origen, y tal vez se haya convertido en algo consustancial a nuestra forma de ser. El Carnaval tiene mucho de ello, y el lenguaje y los gestos que hacemos en los momentos más insospechados. La idea de ficción, con la semejanza, la simulación y el simulacro (tres conceptos parecidos que no son lo mismo), tiene una evidente parte de mentira. Eco considera que el signo es todo aquello que puede utilizarse para mentir. La semiótica general es una teoría de la mentira; si algo no puede usarse para mentir es que tampoco sirve para decir la verdad. Y en realidad no servirá para nada".
P.-  ¿Qué significado tiene para usted el “lenguaje del amor”, se origina en el amor entre las personas o el amor hacia la palabra?
R.-  Si la idea del amor romántico nace hace dos siglos con la colaboración esencial de la literatura (en obras como el Werther, por ejemplo), ahora necesitamos historias que trasciendan al individuo. Los Cuentos de los viernes pretenden ser un tránsito del cuerpo a la mente y al alma, a través del amor físico, pero también del amor a la literatura. Por eso la primera parte es más sensual y sexual, y poco a poco los dos protagonistas ("él" y "ella") se van olvidando de su placer individual para compartir ese mismo placer, que no es otro que el de la existencia en común, el del único espacio, el que ambos ocupan en el Universo.
 P.-  Para Justo Sotelo, qué representa lo espiritual
R.-  Alguien dijo que el siglo XXI sería espiritual o no sería, y yo pienso igual. Lo que realmente puede cambiar al mundo es el amor, en su sentido más antropológico, el de dos individuos y también el de todos los individuos, una especie de amor universal que lo llena todo. Cada persona es un mundo en sí mismo, un microcosmos en el que cabe el macrocosmos, y su mejor rasgo es la posibilidad de dar y recibir amor.
P.-  Justo, como sabe Internet  se han convertido en el medio de comunicación más importante en el mundo. Redes sociales como Facebook, Blogger entre otras, permite a los creadores una gran proyección y exposición de su trabajo. ¿Cómo ha sido su experiencia?
R.-  Los cuentos los he publicado cada semana en el Diario Progresista, durante los años 2014 y 2015, y a la vez los he compartido en las redes sociales: Facebook, Twitter, Linkedin, Google +. De esta forma han podido ser leídos por mucha gente. Cada viernes se han escrito comentarios sobre los cuentos, opiniones literarias y más personales sobre ellos, y en cierta manera han guiado la escritura de los siguientes cuentos. Los lectores reales y virtuales se han implicado en la lectura, así que tenía que reconocer a esos lectores su participación en la elaboración del libro. Sin este procedimiento de escritura, es posible que nunca hubiera llegado al final.
P.-  Para finalizar un mensaje para todos sus seguidores a través de las redes sociales.
R.-  Creo que hemos creado una relación importante entre todos. Muchos de esos seguidores, como tú los llamas son amigos reales, de la tertulia literaria que llevo desarrollando durante más de veinte años, de la universidad o de los muchos trabajos que he desarrollado en mi vida. Luego están los amigos virtuales, españoles y extranjeros, con los que comento cosas con cierta regularidad y que poco a poco se van convirtiendo en reales. Lo que me gustaría añadir es que sería bonito conocerlos a todos personalmente. Y que si me invitan a un café me subo al coche y nos citamos donde ellos digan.



Nuestro sincero agradecimiento a Justo Sotelo por su colaboración y el tiempo dedicado para la realización de esta entrevista.
Conozca mucho más de Justo Sotelo a través de:
Entrevistas:



EN RADIO: 

http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-ojo-critico/ojo-critico-cuentos-del-viernes-justo-sotelo-photoespana-01-06-15/3151097/




En la imagen Justo Sotelo entrega al enbajador de Japón el ensayo 'Los Mundos de Haruki Murakami'


Hasta la próxima

Carivano

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