En la Radio, Castillos en el Aire de Javier Fernández Jiménez para toda Hispanoamérica

P.- Javier, háblenos un poco de cómo se da ese amor por la literatura en usted.

R.-Bueno, supongo que eso viene de serie casi siempre, es una sensación, una realidad que uno no puede decidir, que está ahí dentro y que no tarda en salir a la luz. En mi caso empezó con los tebeos y los cuentos infantiles, creció con aventuras literarias mezcladas con aventuras cinematográficas y terminó de llegar cuando encontré a Bastian, Atreyu, El Pequeño Nicolás…

P.- ¿Cuál fue su primer poema?

R.-Pues no lo recuerdo bien… supongo que el primero se habrá perdido en los recuerdos infantiles de colegio…

P.- Javier sin duda usted es un hombre muy polifacético, poeta, escritor, locutor y entrenador de fútbol entre otras actividades que realiza, háblenos un poco sobre su labor en la radio y esas otras actividades como dirigir un equipo de fútbol.

R.-Bueno, las casualidades actúan muy profundamente en nuestra vida, aunque a veces más que casualidades sean causalidades… lo de empezar a entrenar un equipo de fútbol fue consecuencia de mis ganas de enseñar a los niños aquellas cosas que buenamente podía enseñar y de estar rodeados de sus sonrisas y su alegría general. Es realmente divertido entrenar un equipo de fútbol de niños, especialmente si mantienes a los padres lejos, jejeje. Los niños y las niñas son esponjas y el deporte es básico en su formación personal, me gusta dejar mi sello en ellos, hacerles ver que las relaciones con los demás y su modo de comportarse es más importante que meter un gol o ganar un partido.

Y lo de hacer radio surgió como un comentario. Yo escribía artículos deportivos para un periódico local, aunque el director del mismo sabía que mi pasión era la literatura. Nos fijamos en que no había ningún programa literario en la radio que colaboraba con el periódico y me ofrecí junto a dos amigos para hacer un espacio cultural. Grabamos un programa piloto que no tuvo el éxito esperado (y que era bastante malo, por cierto), nunca había hecho radio antes y el director de la radio nos ofreció realizar una pequeña sección en un programa matinal. Empezamos con diez minutos y le fuimos cogiendo el gustillo y la soltura al asunto, fuimos aprendiendo hasta el punto de disponer de unas cinco o seis horas semanalmente, dedicadas en exclusiva a la cultura. Tengo que reconocer que sin la paciencia de Pedro Miguel Bordonado, el director de Radio 21, la amabilidad de Héctor Sin, el pobre sufridor de nuestras interrupciones en su programa y la idea de Fernando López, el que, entonces, era el director del periódico local, yo no habría hecho radio nunca… o me habría quedado en los amagos que hice de niño en el colegio.

P.- Siente usted especial interés por inculcar y fomentar en niños y jóvenes el amor por la literatura. Coméntenos un poco como ha sido esta experiencia.

R.-Enriquecedora en todos los sentidos. Estoy convencido de que los niños que comprendan que la literatura es una forma de ocio como cualquier otra y empiecen a disfrutarla como tal, serán mayores con las ideas más claras y una cultura superior. Además, los niños y los jóvenes son mejores lectores de lo que pensamos, solo hay que preguntarles y escuchar. Cada vez que viene un niño a la radio nos sorprende para bien, por eso hay que intentar que no se pierda al crecer, que no pierda esa capacidad de soñar y de imaginar un mundo mejor (parece una tontería, pero no lo es, o eso creo yo). Creo que en los años que estamos promoviendo Menudo Castillo hemos logrado consolidar a muchos lectores y esa es nuestra meta principal.

P.- Su primer novela, háblenos un poco acerca de ella.

R.-La primera novela que escribí está sin terminar… algo que es muy común en mí, soy bastante inconstante y tengo muchos textos por acabar… pero si nos centramos en la primera que publiqué, fue “El Caballero Andante”, a la que tengo un cariño tremendo. Era un cuento corto que fue creciendo y creciendo hasta ser una pequeña novela de aventuras de corte clásico, pero con un juego cómico que se delata en las primeras páginas. Es la típica historia de un héroe que emprende un viaje que le convertirá en leyenda, pero jugando mucho con los tópicos y con la risa. Creo que es una de mis obras más divertidas.

P.- La Biblioteca Encantada, es uno de sus programas más conocidos y con mayor difusión en el público de habla hispana, háblenos un poco sobre el contenido de este programa radial que cada día cuenta con mayor audiencia.

R.-La Biblioteca Encantada nació en un momento en el que Castillos en el Aire tomaba un respiro por vacaciones y yo tenía tiempo libre. Una novela clásica, un poeta y un libro protagonista, esa era la premisa principal con la que empecé a grabar los primeros programas. Realicé una serie de doce y decidí cortar la emisión para el regreso de Castillos en el Aire, pero recibí varios mensajes pidiéndome su continuidad y, bueno, no soy demasiado difícil de convencer… ahora La Biblioteca Encantada crece cada semana, incluimos varias novedades y vamos cambiando según las necesidades semanales. Microrrelatos, poemas llegados de cualquier lugar de Hispanoamérica, colaboraciones estupendas y una sección dedicada al cine se han sumado a los elementos originales de un programa que cada vez me da más trabajo y más satisfacciones. Es el programa que cualquier escritor querría poder tener a su disposición… nosotros lo ofrecemos cada viernes a uno o a varios autores. Creo que nos estamos convirtiendo en un rincón en el que los escritores se siente a gusto y en el que reciben el cariño de los lectores.

P.- Javier, cuál es su mayor fuente de inspiración

R.-La vida real y todo lo que me voy encontrando en otras radios, en otros libros, en otras gentes…

P.- ¿Cómo percibe el mundo a través de su obra?

R.-No lo tengo demasiado claro, la verdad, quizá por eso suelo hacer que mis protagonistas o mis secundarios principales sean niños, porque ellos tampoco tienen demasiado claro cómo es el mundo, aunque saben que todo es posible en él… o casi todo.

P.- Para Javier Fernández Jiménez, qué representa lo espiritual.

R.-Tampoco tengo nada claro el mundo espiritual. Sé que hay algo ahí, lo sospecho al menos, pero me muestro muy superficial en este aspecto, quizá tema profundizar. Prefiero que sean las personas las que se muevan por sus propios sentimientos, por sus ideas, a que lo hagan por algo tan etéreo como lo espiritual… creo que aquí, en este punto, aún me queda mucho por andar.

P.- Las redes sociales se han convertido en el medio de comunicación más importante a nivel mundial. Cómo ha sido su experiencia a través de ellas y lo que significan para usted.

R.-Creo que no podría hacer los programas de radio que realizo sin ellas, son realmente importantes, aunque empiezo a temer que se han convertido en lo más importante en nuestro día a día… y que con el tiempo lo serán aún mucho más…

P.- ¿Cómo es un día en la vida de Javier Fernández Jiménez?

R.-Muy complicado casi siempre y con muchos frentes abiertos. No puedo estar solo a una cosa, me supera, tengo que estar a dos o más a la vez. Para resumir, un no parar.

P.- ¿Cree usted que las artes, en especial la literatura pueden cambiar el mundo?

R.-Por supuesto. Por eso los tiranos temen tanto a los libros, porque pueden generar ideas y las ideas son peligrosas para quienes quieren tenerlo todo controlado.

P.- Cuál es su recomendación para quienes se inician en el mundo de las artes y la literatura.

R.-Que no se queden en un autor, en un género o en un arte en concreto, que se mezclen con otros mundos y que se dejen empapar por ellos.

P.- Para finalizar, su mensaje para todos quienes le siguen a través de las redes sociales.

R.-Pues nada, que es un placer el sospecharlos al otro lado y que me gustaría, al menos una vez en la vida, poder saludarles en persona, porque, a pesar de todo, sigo creyendo que el tú a tú y el día a día es lo más importante de toda nuestra existencia.