Nazım Hikmet Ran, nació el 20 de noviembre de 1901 - muere en Moscú, el 3 de junio de 1963.
Fue un poeta y dramaturgo turco, considerado en Occidente
el poeta más importante en lengua turca del siglo XX. Sus obras han sido
traducidas a numerosos idiomas. Largamente exiliado de su país de origen a
causa de su militancia comunista, murió en 1963 como ciudadano polaco.
Nació en la ciudad griega de Salónica, que en la época de
su nacimiento formaba parte del Imperio Otomano. Aunque en realidad había
nacido dos meses antes, su nacimiento se registró el 15 de enero de 1902, y
ésta fue considerada la fecha oficial. Su padre, Nazım Hikmet Bey, era un alto
funcionario imperial, y su madre, Ayşe Dshalila, una destacada pintora. Estudió
en el instituto francés Galatasaray de Estambul, y más adelante en la escuela
naval de Turquía, aunque no llegó a embarcarse a causa de su estado de salud.
Durante la guerra de independencia, se unió a Atatürk en Anatolia y ejerció de
maestro en Bolu. En 1921, impresionado por la Revolución Bolchevique, viajó a
la URSS. Estudió sociología y ciencias económicas en la Universidad de Moscú e
ingresó en el TKP, el Partido Comunista de Turquía.
En diciembre de 1924 regresó a Estambul y se incorporó a
la redacción del diario Aydınlık (Claridad), órgano del TKP, que fue clausurado
por las autoridades en febrero del año siguiente, coincidiendo con las medidas
excepcionales que el Gobierno había adoptado tomando como pretexto un
alzamiento kurdo. Los colaboradores de Aydınlık fueron detenidos y procesados.
Nazım Hikmet logró evitar ser arrestado huyendo a Esmirna y pasando a la
clandestinidad. Juzgado en rebeldía, fue condenado a 15 años de cárcel, por lo
que, en septiembre de 1925, teniendo que exiliarse en la Unión Soviética. Allí
tomó parte en la creación de un teatro-estudio (METLA), que desapareció en
marzo de 1927.
La obra de Hikmet se caracteriza por el compromiso
político. Uno de sus poemas, traducido al inglés como "I Come and Stand at
Every Door", musicalizado por varios cantautores norteamericanos (entre
ellos Pete Seeger y los Byrds, en cuyo disco Fifth Dimension figura la
canción), da la palabra a un niño de siete años fallecido en Hiroshima, y es
uno de los más duros alegatos contra la guerra jamás escritos.
Poemas combativos
Se trata de una antología que reúne veintiséis poemas,
escritos entre 1929 y 1950.
La obra ataca a los poderosos, a sus palabras, a la
opresión; alienta a combatir, a
resistir; testimonia la asfixia de la celda, la libertad del espíritu,
los eternos deseos de bienestar y la continua lucha. Evade las pesadas redes
políticas, de cruda protesta. Logra, valiéndose de creatividad y de un lenguaje
nítido, hacerse atemporal y transponer cualquier frontera.
La poesía de Nazim Hikmet late, vive. Su temática
combativa está vigente, puede palparse en las calles, oírse en las
manifestaciones, padecer bajo los bastones, resistir y volver a erguirse,
palabra por palabra, incansable y desafiante.
EL ENEMIGO
II
Nuestros brazos son ramas que se cargan de frutas
y que nuestro enemigo sacude día y noche, golpeándonos.
Y para despojarnos más fácilmente, más tranquilamente,
ya no encadena más, querida, nuestros pies
sino la raíz misma de nuestro pensamiento.
ENTENDER
Desde el canto de cuna de las madres
hasta el informativo de las radios.
Vencer a la mentira en todo el mundo,
en nuestro corazón, en el libro, en la calle.
¡Qué fantástico gozo el de entender
qué es lo que se va, qué lo que viene!
"Sucede
que estamos en la cárcel.
Sucede
que nos acercamos a los cincuenta años,
y que falten dieciocho más
para ver abrirse las puertas de hierro.
Sin embargo, hemos de seguir viviendo con los de fuera.
con los hombres, los animales, los conflictos y los
vientos,
es decir, con todo el mundo exterior que se halla
tras el muro de nuestros sufrimientos;
es decir, estemos donde estemos
hemos de vivir
como si nunca hubiésemos de morir."
Aquí en traducción de Fernando García Burillo y Çagla
Soykan, una selección de los poemas que Nâzim Hikmet escribió en los dos
postreros años de su vida. Poemas de amor, pues el poeta, exiliado en Moscú,
había vuelto a enamorarse una última vez; poemas de compromiso político, al que
nunca renunció; y poemas en los que reflexiona sobre la proximidad de la muerte
y la vida que siente que se le escapa.
Había en Japón una niña
una niña chiquitita y linda.
Había una nube en el mundo:
solo para matar.
Esta nube mató a la abuelita
de la niña chiquitita,
dispersó su ceniza en el cielo,
y luego volvió de repente
y asesinó a su papá
y también a la niña.
Pero nunca se saciaba
y buscaba nuevas víctimas.
Se llama muerte atómica
y grita en la oscuridad.
Construyamos una gran unidad
y hagamos callar a las fieras.
Combatamos la guerra
y aniquilemos a la fiera.
1963
ME ACOSTUMBRO A ENVEJECER
Me acostumbro a envejecer, es el oficio más difícil del
mundo,
llamar a las puertas por última vez,
la separación para siempre.
Horas que corréis, corréis, corréis...
Trato de comprender a costa de dejar de creer.
Te iba a decir una palabra pero no pude.
En mi mundo el sabor de un pitillo por la mañana con el
estómago vacío.
La muerte antes de llegar me envió su soledad.
Envidio a los que no se dan cuenta de que envejecen,
tan ocupados están con sus cosas.
12 de enero de 1963
SOBRE QUEDARSE SORPRENDIDO
Puedo amar,
y tanto,
pide lo que quieras,
mi vida, mis ojos.
Puedo enfurecerme,
mi boca no se llena de espuma,
pero la ira de un camello no es nada al lado de la mía,
solo la ira del camello, no su rencor.
Puedo comprender
muchas veces con mi nariz,
es decir oliendo lo más oscuro lo que está más lejos
y puedo pelear,
por todos y por todo lo que me parece justo, correcto y
hermoso,
ni mi edad ni mi porte me lo impiden,
sin embargo hace tiempo que se me olvidó quedarme
sorprendido.
La sorpresa me dejó y se fue con sus ojos bien abiertos
y bien jóvenes.
¡Qué lástima!
Tanganica, febrero de 1963
Hotel Maranga
CARTA DE BERLÍN
1
Berlín, es de día y hace sol,
8 de marzo de 1963.
Felicidades, mujer.
He olvidado decírtelo por teléfono esta mañana,
olvido el mundo cuando oigo tu voz.
Muchas felicidades, mi amor.
Berlín, 8 de marzo de 1963
CARTA DE BERLÍN
2
Dentro de cuatro días estoy en Moscú.
Afortunadamente ya se acaba esta separación, regreso.
También esta separación quedará atrás, como un camino
lluvioso.
Vendrán nuevas separaciones,
bajaré a otros pozos,
iré a más sitios y regresaré.
Correré a toda prisa para regresar de nuevo.
Después, ni Berlín ni Tanganica,
ya no iré a ningún sitio, a ningún sitio.
Ya no estará en mi mano volver ni en vapor ni en tren ni
en avión.
Ya no llegarán cartas ni telegramas míos.
Y tampoco te telefonearé.
Ya no reirás dulcemente al oír mi voz.
Ya no recibirás noticias mías
y te quedarás sola.
Dentro de cuatro días estaré en Moscú.
En Berlín es de día y hace sol
es primavera en Moscú,
lo has dicho por teléfono.
Afortunadamente ya se acaba esta separación. Regreso.
Pero dentro de mí está la noche de la gran separación,
dentro de mí la amargura de cuando ya no me tengas,
dentro de mí tu soledad.
Soledad: pan de recuerdos que no llena,
invitación a lejanos recuerdos: soledad,
tal vez tres meses, tal vez tres años,
la soledad será tu sombra.
Dentro de cuatro días estaré en Moscú
en Moscú es primavera
lo has dicho por teléfono.
Berlín, 8 de abril de 1963.
CARTA DE BERLÍN
3
Dentro de cinco horas estaré junto a ti.
En Berlín, el sol entra en la habitación de mi hotel,
trinos húmedos de los pájaros
—ha llovido esta mañana—
y los tranvías
y el tiempo.
El tiempo está como detenido,
rígido, helado,
podrías cogerlo y colgarlo de un clavo,
podrías cortarlo con un cuchillo.
Es como si estuviera en la cárcel.
Y en la cárcel el más despiadado de los guardianes
es el tiempo.
Dentro de dos horas estaré en el aeropuerto.
Dentro de cinco horas en tu azul.
Dentro de cinco horas la libertad.
En las habitaciones de los hoteles, tras todos los
regresos
habría que poner una estatua al inventor del avión.
Berlín, 12 de abril de 1963.
SOBRE LAS LLUVIAS RADIACTIVAS
Cerrad bien las ventanas
no dejéis a los niños en la calle
las lluvias llevan la muerte a las semillas
llueve podredumbre.
Hay que limpiar las lluvias
hay que sacar brillo de nuevo a la lluvia como si fuera
plata
que las lluvias lleven de nuevo nada más que el sol a las
semillas
que los niños puedan correr de nuevo bajo la lluvia
y que podamos abrir de nuevo las ventanas a la lluvia.
23 de abril de 1963.
A VERA
Me dijo por qué no vienes
por qué no te quedas
por qué no sonríes
por qué no mueres
He venido
Me he quedado
He sonreído
He muerto
1963
Hasta la próxima
Carivano